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La Biblioteca de las Cosas se despide hasta septiembre con 63 socios y un catálogo de 100 objetos que se pueden tomar en préstamo

Utilizar un objeto antes que poseerlo es práctico, cómodo y barato.

La primera Biblioteca de las Cosas de Cataluña, un proyecto pionero de economía social y ambiental, abrió en enero de este año y se ha convertido en un referente en el Distrito y a la vez en otros municipios y barrios de Barcelona que también quieren impulsar un servicio similar en su entorno más cercano.

Cada vez más, las personas nos hemos acostumbrado a acumular objetos en casa que casi no usamos pero ocupan espacio, cuestan dinero y terminan convirtiéndose en residuos. Una familia de hoy en día vive rodeada de entre 3.000 y 4.000 objetos que apenas utiliza y que probablemente nunca llegarán al final de su vida útil.

Por poner un ejemplo, un taladro se utiliza de media 13 minutos durante su vida útil y, en general, las herramientas eléctricas de uso doméstico sólo son utilizadas el 10% del tiempo para el que han sido diseñadas.

Este modelo de consumo y producción que hemos adoptado es completamente incompatible con el planeta finito donde vivimos. Por ello, las entidades de Rezero y Nusos cooperativa se plantearon estudiar qué pasaría si, en lugar de que cada persona comprara estos objetos que usamos sólo de vez en cuando, éstos se pusieran en préstamo.

Las entidades estudiaron y analizaron experiencias que ya se desarrollan en otros países (Londres, Berlín y Toronto) y, con la implicación de un grupo de vecinas voluntarias del barrio de la Verneda y la Paz, han puesto en marcha la primera Biblioteca de las Cosas de Cataluña, un espacio de préstamo de objetos, situado en el Casal Ca l’Isidret en el Distrito de Sant Martí de Barcelona.

Actualmente, las 63 personas usuarias de la Biblioteca de las Cosas ya pueden tomar prestados unos 100 objetos. Son objetos que han sido donados por personas, entidades y empresas o que han sido comprados porque había una demanda concreta en el Distrito. Se clasifican en las categorías de Ocio y Aventura (bicicletas, reproductor DVD, tiendas de campaña, pies de gato …), Limpieza y hogar (vajilla, licuadora, máquina de hacer pan, plancha, cubiteras …), Bricolaje y jardinería (taladro, extensión, transformador, caja de herramientas …), Oficina (proyector, escáner, micro cadena, cargador de pilas …) y Salud y Cuidados (tovipié, muletas pequeñas y medianas, férulas …).

La Biblioteca de las Cosas es un ejemplo práctico de economía social y solidaria, un proyecto hecho por las personas para las personas.

A lo largo de estos seis meses de existencia de la Biblioteca de las Cosas, ha habido historias detrás de cada objeto en préstamo. Y es que la Biblioteca de las Cosas es un ejemplo de consumo compartido desde la economía social y solidaria.

Así lo hemos podido ver con historias de algunos de los protagonistas de la Biblioteca:

Una de las personas usuarias alquiló una silla de ruedas por los problemas de movilidad de su madre. En aquellos momentos no podían comprar ninguna. Así que, como que eran usuarios de la Biblioteca de las cosas, tomaron en préstamo la silla. Un día, un vecino los vio y se interesó por el estado de la señora. Le explicaron que la silla de ruedas la podían disfrutar gracias al préstamo que habían hecho en la Biblioteca de las Cosas. El vecino recordó que, hacía tiempo, tenía una silla de ruedas olvidada en casa y que se la podía dar para que, al mismo tiempo, la silla de ruedas de la Biblioteca quedara libre para otras personas que también la necesitaran.

Por otra parte, hay una usuaria que dio a la Biblioteca de las Cosas tres tiendas de campaña porque decía que le ocupaban demasiado lugar y creía que podrían tener más usos de los que ella les daba compartiéndolas con otras personas. Este verano, durante un fin de semana, ha cogido en préstamo las tiendas que ella misma dio a la Biblioteca.

La Biblioteca de las Cosas ofrece objetos que contienen mil historias detrás y que permiten generar otras nuevas, a partir de su uso compartido y comunitario, que permite alargar su vida útil. Este proyecto, además del ahorro de recursos naturales y residuos, también conlleva un ahorro económico y de espacio para las personas usuarias.

La réplica de la Biblioteca de las Cosas

En septiembre reabriremos puertas con energías renovadas, ordenar los datos y haremos visible el impacto ambiental y comunitario de la Biblioteca de las Cosas durante estos meses de funcionamiento; ojalá que de nuestra experiencia puedan nacer otros espacios como este en la ciudad y en todo el territorio.

Buen verano y muchas gracias a todas las personas que han hecho posible este maravilloso proyecto social y ambiental.